Debate y FODA de candidatos

Pepe Valencia

El primero de los candidatos en proponer debates, no sólo transmitidos por internet, sino también por radio y televisión y en vivo para todo el público, llevará un paso adelante de los demás.

Hace un par de días realizamos un análisis entre amigos y estudiantes, sin el rigor de los expertos en la materia, para conocer fortalezas, oportunidades,  debilidades y amenazas de dos aspirantes a la gubernatura.

Seleccionamos a los punteros para no perdernos en ejercicios ociosos y sin sentido. Ahí les van.

Fortalezas de Héctor Yunes Landa: Inteligencia, carisma, honestidad y  tenacidad. Debilidades: Exceso de confianza en sí mismo. Oportunidades: El voto duro del PRI, la estructura de su partido y los recursos económicos a su favor. Amenazas: Inseguridad pública, crítica situación económica y corrupción, que los veracruzanos creen son culpa del gobierno priista.

Fortalezas de Miguel Ángel Yunes Linares: Talento, valentía, experiencia y carácter. Debilidades: Impulsivo y arrogante. Oportunidades: El hartazgo y la irritación social por los errores del gobierno en turno. Amenazas: Escasez de recursos económicos, dificultad para cubrir y cuidar todas las casillas el día de la elección.

En la breve e informal reunión de amigos, se habló mucho más sobre estos dos candidatos, que así los denominamos porque la candidatura no se las arrebata nadie a estas alturas. Es sólo una síntesis somera de las conclusiones de esta especie de FODA, análisis muy conocido en la iniciativa privada.

Si nos quedamos cortos o notan fallas en este ejercicio, ofrezco disculpas a los conocedores y los invito a comentarme sus observaciones y correcciones, incluidos los candidatos.

También reitero, por estas fechas nada hay seguro para ninguno de los aspirantes a la gubernatura de Veracruz. Cualquiera puede vencer el 5 de junio y el de mayores probabilidades será el de las mejores y más creíbles propuestas.

En cuanto a los debates, imaginemos uno en plena Plaza Lerdo, ante cientos o miles de asistentes y transmitido por internet, radio y televisión.

Eso sí, váyanse olvidando de los demás candidatos, el próximo gobernador se apellida Yunes y se llama… adivinen o se los revelo a mediados de mayo.

No se trata de subestimar ni discriminar a nadie, sino de poner los pies sobre la tierra y analizar a los más competitivos, sobre quienes están cifradas la atención y la esperanza de millones de veracruzanos.

Sólo uno será gobernador y se apellida Yunes.












¡ADELANTE!

Héctor Yunes o Miguel Yunes

Pepe Valencia

El próximo gobernador no será el del discurso más agresivo, ni el que invierta más dinero en la campaña o el más tramposo, tampoco el más popular o carismático, ni el más culto.

Los veracruzanos votaremos por el candidato que empiece desde ya con acciones creíbles y contundentes, no con promesas fantasiosas que acaso no cumplirá en caso de ganar la elección.

Demandamos seguridad, honestidad y justicia.

Ganaría, por ejemplo, el candidato que solicitara de inmediato al presidente Enrique Peña Nieto que nos envíe la Gendarmería Nacional para que junto con la Marina Armada de México, emprenda operativos sin precedente y desmantele las bandas delincuenciales que operan en el territorio estatal.

Basta de secuestros, extorsiones, levantones, ejecuciones y toda clase de crímenes que mantienen en zozobra a la sociedad.

Recibiría el apoyo mayoritario, el candidato que gestione ante el gobierno para que el IPE cubra cuanto antes los adeudos atrasados a jubilados y pensionados, investigue dónde están los recursos de este instituto y se castigue a los responsables del saqueo.
Generaría confianza el candidato que exija y logre que Sefiplan  pague hasta el último peso que debe a empresarios y trabajadores profesionales que desde hace años no pueden cobrar por servicios prestados al propio gobierno.

Los anteriores son apenas tres temas clave que no deben descuidar quienes aspiran a la gubernatura.

Ello, independientemente de que quien alcance el alto encargo, a partir del primer día de diciembre debe exigir la rendición de cuentas a todos y cada uno de los servidores públicos que saquearon el patrimonio de los veracruzanos; enjuiciarlos, llevarlos a prisión y obligarlos a reintegrar el dinero que se robaron.

Las familias veracruzanas anhelan recobrar la tranquilidad en sus hogares y transitar sin miedo por todo el territorio estatal; que se generen empleos y reactive la economía, y que se castigue a los funcionarios corruptos y enriquecidos al amparo del poder.

Nada de esto es imposible, sólo se necesita voluntad, talento y muchos pantalones.

Quien posea estos atributos es capaz de alzarse con  la victoria electoral. Puede ser Héctor Yunes o Miguel Yunes, o el candidato o candidata de Morena, un independiente, etcétera.

Lo demás, como decía Agustín Acosta Lagunes –que fue mal candidato y buen gobernador--, es “puro rollo”.

Se ha hablado mucho de malos candidatos que han resultado pésimos gobernantes. Hoy queremos un gran candidato y un mejor gobernador.











¿Perderá PRI la gubernatura?

Pepe Valencia
Si hoy fuese la elección de gobernador, el Partido Revolucionario Institucional mordería el polvo ante cualquier candidato opositor, sea éste del PAN, de Morena o independiente.

Los veracruzanos están irritados por la ola de violencia, por la corrupción, la pobreza, el desempleo y por el cinismo de ciertos servidores públicos enriquecidos de manera escandalosa.

Por primera vez en 86 años, el vetusto PRI se halla inmerso en una crisis que puede conducirlo a la derrota.

En  1988, este partido  casi pierde la presidencia de la república –y hay quienes aseguran que en realidad el triunfador fue Cuauhtémoc Cárdenas y que a la mala le fue arrebatada la victoria.

En el año 2000 la gente percibía que Vicente Fox  aventajaba para la elección presidencial, aunque muchos escépticos insistían en que el PRI retendría el poder, gracias a su estructura y triquiñuelas.

El desalojo de los jubilados de la semana pasada, sería la gota que derrame el vaso de la paciencia popular. Miles de veracruzanos no quieren saber nada del PRI y aseguran que votarán en contra.

La moneda sigue en el aire. Aunque a estas alturas no sabemos bien a bien quién podría ser el ganador de la gubernatura, existen las condiciones y las probabilidades de que un candidato no priista, sea el sucesor de Javier Duarte.

Con la inminente postulación por el PAN –tal vez en alianza con el PRD—, se agiganta la personalidad de Miguel Ángel Yunes Linares en lo que parece una imparable y creciente bola de nieve que arrasaría con lo que queda de un debilitado y dividido PRI.

Lo que acaso salvaría de una segura derrota a los priistas, sería que abortara la alianza del PRD con el PAN y que los del sol azteca registraran candidato propio, lo que aunado a los “independientes” pulverizaría el voto entre varios contendientes. De esta esta manera, el PRI podría alzarse con una eventual y pírrica victoria.

Esperemos el advenimiento de enero, que es cuando sabremos si hay alianza panista-perredista y conoceremos oficialmente los nombres de todos los candidatos que participarán en el proceso electoral del 2016.

Por lo pronto les anticipo una vez más que Héctor Yunes Landa y Miguel Ángel Yunes Linares aparecerán en las boletas como candidatos y que uno de ellos va que chuta para gobernador del estado.

Saludos, estimados lectores, y les deseo lo mejor para el año nuevo.








Mega deuda y escasez de lana

Pepe Valencia

En dos años, poco podrá emprender el próximo gobernador de Veracruz, estado de ocho millones de habitantes, con gigantesca deuda pública, exiguo presupuesto y donde imperan inseguridad, desempleo y miseria.

Con recursos económicos raquíticos, difícilmente ejecutará obras materiales importantes y por ello optará por la política y sentará las bases para allanar el camino de quien venga en 2018. No hay de otra.

Todos los aspirantes coinciden en lo prioritario de erradicar la corrupción de servidores públicos. La sociedad lo aplaude. Sin embargo, por lo general los candidatos cumplen menos de la mitad de sus compromisos de campaña.

Por lo pronto, nos agrada que Héctor Yunes Landa plantee entre sus 6 propuestas, cárcel sin derecho a fianza para servidores públicos corruptos y que éstos sean obligados a regresar lo que se roben o se les decomise la riqueza mal habida.

 Imaginen cuántos políticos enriquecidos irían a prisión y cuántos millones de pesos tendrían que reintegrar a los veracruzanos.

Los ciudadanos podemos coadyuvar denunciando y proporcionando nombres y datos de funcionarios y ex funcionarios ladrones, y exigir la aplicación inflexible de la ley.
Propongo también al próximo gobernador –y al actual si le alcanzaran el tiempo y el dinero—, la creación de un banco popular que otorgue créditos a bajas tasas y sin aval, a mujeres y hombres pobres, como el de Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz.

Y la construcción de un teleférico en Xalapa, con inversión privada y gubernamental, del cual ya existe anteproyecto, elaborado por el doctor en economía Lino Perea Flores. Generaría empleos, atraería turismo y ayudaría a resolver problemas de transporte y vialidad.

Los veracruzanos debemos permanecer atentos a las propuestas de campaña de los candidatos y exigirle al ganador su puntual cumplimiento.

Dos años constituyen apenas un suspiro en la historia, pero son suficientes para la trascendencia de un gobernador si recupera la seguridad para las familias veracruzanas y combate la corrupción hasta donde sea humanamente posible.

Así, salvo sorpresa de última hora de algún partido, se vislumbra en las boletas del primer domingo de junio a dos Yunes, uno por el PRI y otro por  PAN-PRD, como candidatos a gobernador.

Triunfará quien ofrezca la oferta más convincente a los potenciales electores. Ahí les queda la víbora chillando, por ahora a los primos Héctor y Miguel Ángel. Después a los que se agreguen a la lista de candidatos.